El objetivo de mi blog es tratar de apuntar y guardar todas las aventuras y retos vividos. Y aunque no he ido publicando casi nada en estos últimos años, no significa que no haya guardado esas vivencias. Simplemente no las iba publicando, esperando el momento. Creo que ese momento ha llegado, y a partir de ahora iré publicando posts de recuerdos. Aquí va el primero:
Año 2011 y comienzo del 2012
Me vuelve a apetecer escribir y guardar
recuerdos de la temporada deportiva, y por eso voy a hacer un resumen
de las aventuras vividas o sufridas desde el pasado verano.
El cuerpo cada vez asimila mejor las
burradas estas de corremontes, aunque no por ello, deja de dar avisos
para no forzar la máquina.
La temporada pasada la finalicé en
Andorra, con la llamada “Ultra Iniciátic”: 100 km y 6000m de
desnivel positivo. A primera lectura, de “iniciátic”, nada de
nada. Y a última tampoco. Transcurre por Andorra, recorriendo sus
montañas y sus paisajes, ESPECTACULARES, todos ellos. Esta ha sido
el debut internacional. Fuera de la carrera, pasamos unos días muy
buenos, conocimos gente “peculiar” y que hay que tener mucho ojo
con las llamadas telefónicas.
Casi nada al aparato. Iniciátic lo llaman |
Dentro de la carrera, pues no se por
donde empezar. Con el programa de la organización, la carrera era la
más fácil de las ultras organizadas. Sólo diré que a las tantas
de la mañana, ver como los corremontes de la “mitic” (112 km y
9000 m d+) se iban por otra senda diferente, entre lo que se veía de
las montañas, asustaba bastante, y me alegré de no haberla
elegido. Por lo demás, muy dura. No creo que alguien que quiera
iniciarse en esto del ultra empiece por esta. Al empezar a las 23:00,
la primera parte ocurre de madrugada, y se hace muy llevadera. Al
empezar a clarear el día, se van descubriendo los paisajes que tiene
Andorra y que son dignos de verse. Sobre las 08:00 llegué a Caldea,
dónde está el famoso balneario. Avituallamiento serio y muy bien
organizado. Ya iba con problemas en mi rodilla, sobre todo en las
bajadas, lo cual no es novedad. Pasé por la fisio (el médico no
estuvo muy interesado), y me puso un gel natural anti-inflamatorio, y
decidí salir. Tramo más salvaje: 14 km, 1400m de subida, y todo
cuesta arriba. Y cuando digo todo, es todo el camino. Ni un descanso
de subida. Creo que lo hice en casi 5 horas. Al ser subida, la
rodilla no me molestaba. Al tran, tran llegué arriba (lo de los
nombres no es lo mío), y otro avituallamiento “gordo”.
El
personal que hay por allí es tan espectacular como los paisajes.
Literalmente me quitaron la mochila, me dieron un plato de pasta, y
me “obligaron” a sentarme, mientras me recargaban la mochila de
agua, y me daban una revisión. Tras un rato, emprendo la bajada.
Aproximadamente llevo 60 km y lo más duro ha pasado, según el mapa.
Y aquí empiezan mis problemas. La rodilla me duele, Y queda mucha
bajada por piedra primero y camino después. Sufriendo mucho llego
al siguiente punto. Da mucha rabia, ver el terreno y verlo asequible
para correr, y cada vez que lo intento, más dolor. Al llegar,
pregunto por el médico, y no hay. Lo dejo: 73 km y 5000m d+ están
bien. El dolor es controlable, pero no quiero arriesgarme a estar
todo el verano cojo (repetir malas experiencias no es una cosa que le
guste a nadie). Segunda prueba de la que me retiro. Eso implica
muchas cosas. Una de ellas, que volveré a terminarla. Cabezota que
es uno.
Al dejarlo un poco de desorganización, pero tampoco nada
importante. Coincido con un francés, que está destrozado: me dice
“muy dura”. Después visita al médico, 15 días de reposo, hielo
y anti-inflamatorios y listo. Volveré. La prueba me ha gustado. Muy
bien organizada y atendida. Y muchos andorranos volcados en las
pruebas. Con decir que gran parte del gobierno de Andorra, estaba en
uno de los puntos de avituallamiento, queda mucho dicho. Pude asistir
a la entrega de trofeos (normalmente no he llegado cuando los
entregan) y a la llegada de los “salvajes” (160 km y 12000m d+
después), que todavía tenían fuerzas para entrar saltando. Es
digno de ver y admirar. Este próximo verano, si alguien me busca,
estaré subiendo y bajando montañas andorranas.
Una vez recuperado, y entrenando bien,
empiezo a revisar el calendario de carreras de los últimos meses del
año. Me decido por dos maratones de montaña, con un mes de
diferencia. Empiezo a lo salvaje.
Primera: Al-Mudayna. 42 km y 1900m d+ .
Cerca de casa y con mucho ambiente, ya que juntan varias pruebas de
correr, andar y mtb. Sólo había hecho la media y este año me
decido por la completa. Una zona muy bonita y montañera de la zona
murciana. La primera parte era desconocida para mí, pero es muy
asequible para hacerla corriendo y tranquilo, reservando fuerzas. La
segunda es la parte dura. Con la sierra de las Cabras, que desde hace
un tiempo, tengo idea de por que la llaman así: porque por
determinados sitios sólo pueden subir ellas. En esta parte coinciden
todos los participantes, de todas las pruebas y se hace muy ameno el
final. Termino en 6 horas aproximadamente que para ser mi debut no
está nada mal. Ningún daño ni rastro de los dolores en la
rodilla.
En carrera |
Segunda: Yeti Trail. Se trata de
encontrar al Yeti en 42 km con 2400m d+, por Sierra Espuña. Y hasta
me hice una foto. Es un lugar increíble, y he vuelto a repetir en
esta prueba, ya que la hice en su primera edición, y me permitió
conocer uno de los parajes más bonitos que hay por la zona donde
vivo. Si la primera edición fue infernal por el mal tiempo, con
lluvia y frío, ésta ha sido más tranquila en ese aspecto. Pero
sólo en eso. Es una prueba seria y dura, que te va minando con
fuerza, hasta llegar a un punto concreto que te destroza.
Concretamente, en la subida al Pedro Jimenez que hay para llegar a la
senda del caracol. En esa subida, había corremontes tirados por el
suelo literalmente. Hasta ahí la carrera es un contínuo sube-baja .
Sabiendo lo que esperaba después, me lo tomé con calma, y fui
bastante bien. Mis problemas empezaron en la senda del caracol, con
los calambres y rampas. Da igual lo que haga o no haga, que
últimamente me pasa siempre. Y me quedé parado y clavado como un
árbol con las rampas en el cuadriceps (sí, a mi no puede pasar en
el gemelo como a la mayoría). Y si alguna vez os han dado calambres
en el cuadriceps, no hace falta que cuente el dolor que aparece. 5
minutos parado y pude seguir, pero a la mínima estaba con los
calambres. Al final pude volver a correr, y parece que el músculo
se puso otra vez a funcionar y pude llegar bien. 7 horas después y
rebajando en más de media hora mi tiempo del año anterior. No me
gusta opinar acerca de la organización de ninguna carrera, porque
tengo muy claro lo que cuesta o debe costar organizarlas. Ahora bien,
es la segunda vez que organizan la carrera, y no sólo han caído en
los mismos errores del año anterior, sino que los han acrecentado.
No es de recibo que se acabe el agua en un punto de avituallamiento,
y menos que se acabe en los tres últimos. No es una carrera masiva
de mil participantes, como para que pase siempre. Y no hay ningún
punto de agua “natural” en toda la carrera, para que quede claro
que no se puede “repostar” aprovechando alguna fuente. Y al
final, eso influye en la seguridad de los que corremos, con riesgo
para la salud. Y también con la comida. Muy escasa en los
avituallamientos e inexistente en meta. Y si dicen que es
autosuficiencia vale, ya se dónde me meto, y voy preparado (como
recordaba muy bien lo ocurrido el año anterior, al menos fui
preparado con mochila). Pero no dicen eso, e incluso invitan a comer
en meta anuncian. Debe ser a todos los que estaban en la zona de meta
aunque no fuesen de la carrera, porque después de 7 horas
corremonteando, que te den una barrita de cereales (y ojito con
repetir) y que te digan que no hay comida (llegando a las 15:00),
viendo a mucha gente no corredora comiendo de la carrera fastidia
bastante. Y que conste que había mucha gente enfadada. Ojalá les
dijesen a todos, lo que decían en los avituallamientos: “tened un
poco de consideración con los que vienen detrás”. Aunque luego no
quedaba, por supuesto. He conocido a gente después en otras
carreras, que pese a que el sitio les encantó, no piensan volver por
estas cosas. Y es una lástima, porque no creo que por nuestra zona
se pueda encontrar un recorrido más bonito.
Con dos maratones de montaña, despedí
el 2011, y muy contento porque recuperé bien de la rodilla. Incluso,
este año, he corrido en dos San Silvestres, mañana y tarde. Para
despedir el año como hay que hacerlo.
Con el cambio de año, nuevos retos , y
el primero muy pronto y salvaje para variar: el gr 10 xtrem. Se
organiza en Valencia y consiste en seguir el sendero GR 10 que
atraviesa la provincia de Valencia desde la costa hacia el interior,
casi lindando con Teruel: 93 km y 3800m d+. Toma ya!! Intentar
superar mi record de distancia, que estaba en 84 km. Oí de la
carrera el año pasado, y leí comentarios y opiniones que hicieron
que no me lo pensara mucho. Embarqué a los habituales, y a Puzol.
Odisea para llegar a la recogida de dorsales: no se cuantas veces nos
perdimos. Y claro, llegamos tarde. Me dijeron que no me daban el
dorsal, que era muy tarde, pero a la misma vez, llegó una chica y a
ella si que se lo daban. Pues a mi también. Si queremos igualdad,
que sea para todo. Al final sin problemas, y vuelta a perderse,
buscando el hotel. Pero los problemas no se quedaron ahí. Al
levantarme y preparar la mochila, se me rompió la bolsa de
hidratación, ya metida, con lo que se quedó todo mojado y bien
mojado. Sin bolsa de hidratación y con la mochila a remojo, dudo de
si ir a la carrera. Estamos en Enero, son las 4 am y empezar mojado
(sin mochila ni loco) puede ser un problema. Al final, valiente que
es uno, y me voy. Llego tarde, y ni me di cuenta de los controles de
material. Menos mal que hay corremontes espabilados a esas horas.
Comienza la carrera, y allá voy, esperando cualquier cosa: rotura de
zapatillas, que se me caigan los pantalones, etc...
Empiezo muy suave y tranquilo trotando,
y veo, como siempre que hay quien tira corriendo como si fuera un
10k. Luego entiendo por qué. Un tapón que se forma en un sitio del
camino en el que hay que trepar un poco. Parados casi 15 min. Después
del tapón se libera la carrera, y empieza realmente. Va amaneciendo,
y se ven los parajes de la carrera: el parque de la Sierra de la
Calderona, pistas forestales y sendas. Voy bien, tranquilo, corriendo
a ratos, andando a otros, y acumulando km.
Con más corremontes |
El entorno por el que transcurre la
carrera conforme avanza la misma va mejorando. Los paisajes y vistas
son cada vez más espectaculares. Además mucha gente por el camino,
ya no de la carrera, ciclistas y senderistas disfrutando del buen
tiempo y de la zona. No voy teniendo mayores problemas. Voy
alternando correr y andar hasta que empieza a atardecer. El cansancio
se va notando y ya no voy tan fresco. Me alimento bien en los
avituallamientos y a falta de 20 km, mi "compi" de aventuras (que cada
vez que le hablo de algún reto de éstos, me dice, ¿por qué a
mí?), me acompaña, tal como habíamos quedado para hacer la última
parte. Gracias a su compañía y la charla consigo avanzar, porque
cada vez estoy más cansado. No me duele nada, pero voy ya con “la
reserva”. Al tran tran, vemos unas luces que parecen la línea de
meta, y si parece que llegamos. Finisher!! Récord de distancia, y
sin ninguna incidencia en forma de daños. Salvo, que dado las horas
de la madrugada que eran, y que estamos en Enero, es decir en
invierno, empiezo a temblar. El frío que no había notado en todo el
día, venía de golpe. Me ayudan a meterme en el coche, porque la
tiritona va en aumento y no puedo controlar mi cuerpo. No podía
terminar de otra manera, jajaja. Al llegar a la casa rural, ducha y a
dormir. Finisher en esta carrera, muy contento por la carrera, y cada
vez más enganchado a esto de las ultras.
En meta, saltando o al menos intentándolo |
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