domingo, abril 19, 2015

Post Remember I

El objetivo de mi blog es tratar de apuntar y guardar todas las aventuras y retos vividos. Y aunque no he ido publicando casi nada en estos últimos años, no significa que no haya guardado esas vivencias. Simplemente no las iba publicando, esperando el momento. Creo que ese momento ha llegado, y a partir de ahora iré publicando posts de recuerdos. Aquí va el primero:

Año 2011 y comienzo del 2012

Me vuelve a apetecer escribir y guardar recuerdos de la temporada deportiva, y por eso voy a hacer un resumen de las aventuras vividas o sufridas desde el pasado verano.

El cuerpo cada vez asimila mejor las burradas estas de corremontes, aunque no por ello, deja de dar avisos para no forzar la máquina.

La temporada pasada la finalicé en Andorra, con la llamada “Ultra Iniciátic”: 100 km y 6000m de desnivel positivo. A primera lectura, de “iniciátic”, nada de nada. Y a última tampoco. Transcurre por Andorra, recorriendo sus montañas y sus paisajes, ESPECTACULARES, todos ellos. Esta ha sido el debut internacional. Fuera de la carrera, pasamos unos días muy buenos, conocimos gente “peculiar” y que hay que tener mucho ojo con las llamadas telefónicas. 

Casi nada al aparato. Iniciátic lo llaman

 Dentro de la carrera, pues no se por donde empezar. Con el programa de la organización, la carrera era la más fácil de las ultras organizadas. Sólo diré que a las tantas de la mañana, ver como los corremontes de la “mitic” (112 km y 9000 m d+) se iban por otra senda diferente, entre lo que se veía de las montañas, asustaba bastante, y me alegré de no haberla elegido. Por lo demás, muy dura. No creo que alguien que quiera iniciarse en esto del ultra empiece por esta. Al empezar a las 23:00, la primera parte ocurre de madrugada, y se hace muy llevadera. Al empezar a clarear el día, se van descubriendo los paisajes que tiene Andorra y que son dignos de verse. Sobre las 08:00 llegué a Caldea, dónde está el famoso balneario. Avituallamiento serio y muy bien organizado. Ya iba con problemas en mi rodilla, sobre todo en las bajadas, lo cual no es novedad. Pasé por la fisio (el médico no estuvo muy interesado), y me puso un gel natural anti-inflamatorio, y decidí salir. Tramo más salvaje: 14 km, 1400m de subida, y todo cuesta arriba. Y cuando digo todo, es todo el camino. Ni un descanso de subida. Creo que lo hice en casi 5 horas. Al ser subida, la rodilla no me molestaba. Al tran, tran llegué arriba (lo de los nombres no es lo mío), y otro avituallamiento “gordo”. 

El personal que hay por allí es tan espectacular como los paisajes. Literalmente me quitaron la mochila, me dieron un plato de pasta, y me “obligaron” a sentarme, mientras me recargaban la mochila de agua, y me daban una revisión. Tras un rato, emprendo la bajada. Aproximadamente llevo 60 km y lo más duro ha pasado, según el mapa. Y aquí empiezan mis problemas. La rodilla me duele, Y queda mucha bajada por piedra primero y camino después. Sufriendo mucho llego al siguiente punto. Da mucha rabia, ver el terreno y verlo asequible para correr, y cada vez que lo intento, más dolor. Al llegar, pregunto por el médico, y no hay. Lo dejo: 73 km y 5000m d+ están bien. El dolor es controlable, pero no quiero arriesgarme a estar todo el verano cojo (repetir malas experiencias no es una cosa que le guste a nadie). Segunda prueba de la que me retiro. Eso implica muchas cosas. Una de ellas, que volveré a terminarla. Cabezota que es uno.

Al dejarlo un poco de desorganización, pero tampoco nada importante. Coincido con un francés, que está destrozado: me dice “muy dura”. Después visita al médico, 15 días de reposo, hielo y anti-inflamatorios y listo. Volveré. La prueba me ha gustado. Muy bien organizada y atendida. Y muchos andorranos volcados en las pruebas. Con decir que gran parte del gobierno de Andorra, estaba en uno de los puntos de avituallamiento, queda mucho dicho. Pude asistir a la entrega de trofeos (normalmente no he llegado cuando los entregan) y a la llegada de los “salvajes” (160 km y 12000m d+ después), que todavía tenían fuerzas para entrar saltando. Es digno de ver y admirar. Este próximo verano, si alguien me busca, estaré subiendo y bajando montañas andorranas.

Una vez recuperado, y entrenando bien, empiezo a revisar el calendario de carreras de los últimos meses del año. Me decido por dos maratones de montaña, con un mes de diferencia. Empiezo a lo salvaje.

Primera: Al-Mudayna. 42 km y 1900m d+ . Cerca de casa y con mucho ambiente, ya que juntan varias pruebas de correr, andar y mtb. Sólo había hecho la media y este año me decido por la completa. Una zona muy bonita y montañera de la zona murciana. La primera parte era desconocida para mí, pero es muy asequible para hacerla corriendo y tranquilo, reservando fuerzas. La segunda es la parte dura. Con la sierra de las Cabras, que desde hace un tiempo, tengo idea de por que la llaman así: porque por determinados sitios sólo pueden subir ellas. En esta parte coinciden todos los participantes, de todas las pruebas y se hace muy ameno el final. Termino en 6 horas aproximadamente que para ser mi debut no está nada mal. Ningún daño ni rastro de los dolores en la rodilla.

En carrera

Segunda: Yeti Trail. Se trata de encontrar al Yeti en 42 km con 2400m d+, por Sierra Espuña. Y hasta me hice una foto. Es un lugar increíble, y he vuelto a repetir en esta prueba, ya que la hice en su primera edición, y me permitió conocer uno de los parajes más bonitos que hay por la zona donde vivo. Si la primera edición fue infernal por el mal tiempo, con lluvia y frío, ésta ha sido más tranquila en ese aspecto. Pero sólo en eso. Es una prueba seria y dura, que te va minando con fuerza, hasta llegar a un punto concreto que te destroza. Concretamente, en la subida al Pedro Jimenez que hay para llegar a la senda del caracol. En esa subida, había corremontes tirados por el suelo literalmente. Hasta ahí la carrera es un contínuo sube-baja . Sabiendo lo que esperaba después, me lo tomé con calma, y fui bastante bien. Mis problemas empezaron en la senda del caracol, con los calambres y rampas. Da igual lo que haga o no haga, que últimamente me pasa siempre. Y me quedé parado y clavado como un árbol con las rampas en el cuadriceps (sí, a mi no puede pasar en el gemelo como a la mayoría). Y si alguna vez os han dado calambres en el cuadriceps, no hace falta que cuente el dolor que aparece. 5 minutos parado y pude seguir, pero a la mínima estaba con los calambres. Al final pude volver a correr, y parece que el músculo se puso otra vez a funcionar y pude llegar bien. 7 horas después y rebajando en más de media hora mi tiempo del año anterior. No me gusta opinar acerca de la organización de ninguna carrera, porque tengo muy claro lo que cuesta o debe costar organizarlas. Ahora bien, es la segunda vez que organizan la carrera, y no sólo han caído en los mismos errores del año anterior, sino que los han acrecentado. No es de recibo que se acabe el agua en un punto de avituallamiento, y menos que se acabe en los tres últimos. No es una carrera masiva de mil participantes, como para que pase siempre. Y no hay ningún punto de agua “natural” en toda la carrera, para que quede claro que no se puede “repostar” aprovechando alguna fuente. Y al final, eso influye en la seguridad de los que corremos, con riesgo para la salud. Y también con la comida. Muy escasa en los avituallamientos e inexistente en meta. Y si dicen que es autosuficiencia vale, ya se dónde me meto, y voy preparado (como recordaba muy bien lo ocurrido el año anterior, al menos fui preparado con mochila). Pero no dicen eso, e incluso invitan a comer en meta anuncian. Debe ser a todos los que estaban en la zona de meta aunque no fuesen de la carrera, porque después de 7 horas corremonteando, que te den una barrita de cereales (y ojito con repetir) y que te digan que no hay comida (llegando a las 15:00), viendo a mucha gente no corredora comiendo de la carrera fastidia bastante. Y que conste que había mucha gente enfadada. Ojalá les dijesen a todos, lo que decían en los avituallamientos: “tened un poco de consideración con los que vienen detrás”. Aunque luego no quedaba, por supuesto. He conocido a gente después en otras carreras, que pese a que el sitio les encantó, no piensan volver por estas cosas. Y es una lástima, porque no creo que por nuestra zona se pueda encontrar un recorrido más bonito.

Con dos maratones de montaña, despedí el 2011, y muy contento porque recuperé bien de la rodilla. Incluso, este año, he corrido en dos San Silvestres, mañana y tarde. Para despedir el año como hay que hacerlo.


Con el cambio de año, nuevos retos , y el primero muy pronto y salvaje para variar: el gr 10 xtrem. Se organiza en Valencia y consiste en seguir el sendero GR 10 que atraviesa la provincia de Valencia desde la costa hacia el interior, casi lindando con Teruel: 93 km y 3800m d+. Toma ya!! Intentar superar mi record de distancia, que estaba en 84 km. Oí de la carrera el año pasado, y leí comentarios y opiniones que hicieron que no me lo pensara mucho. Embarqué a los habituales, y a Puzol. Odisea para llegar a la recogida de dorsales: no se cuantas veces nos perdimos. Y claro, llegamos tarde. Me dijeron que no me daban el dorsal, que era muy tarde, pero a la misma vez, llegó una chica y a ella si que se lo daban. Pues a mi también. Si queremos igualdad, que sea para todo. Al final sin problemas, y vuelta a perderse, buscando el hotel. Pero los problemas no se quedaron ahí. Al levantarme y preparar la mochila, se me rompió la bolsa de hidratación, ya metida, con lo que se quedó todo mojado y bien mojado. Sin bolsa de hidratación y con la mochila a remojo, dudo de si ir a la carrera. Estamos en Enero, son las 4 am y empezar mojado (sin mochila ni loco) puede ser un problema. Al final, valiente que es uno, y me voy. Llego tarde, y ni me di cuenta de los controles de material. Menos mal que hay corremontes espabilados a esas horas. Comienza la carrera, y allá voy, esperando cualquier cosa: rotura de zapatillas, que se me caigan los pantalones, etc...


Empiezo muy suave y tranquilo trotando, y veo, como siempre que hay quien tira corriendo como si fuera un 10k. Luego entiendo por qué. Un tapón que se forma en un sitio del camino en el que hay que trepar un poco. Parados casi 15 min. Después del tapón se libera la carrera, y empieza realmente. Va amaneciendo, y se ven los parajes de la carrera: el parque de la Sierra de la Calderona, pistas forestales y sendas. Voy bien, tranquilo, corriendo a ratos, andando a otros, y acumulando km.

Con más corremontes


El entorno por el que transcurre la carrera conforme avanza la misma va mejorando. Los paisajes y vistas son cada vez más espectaculares. Además mucha gente por el camino, ya no de la carrera, ciclistas y senderistas disfrutando del buen tiempo y de la zona. No voy teniendo mayores problemas. Voy alternando correr y andar hasta que empieza a atardecer. El cansancio se va notando y ya no voy tan fresco. Me alimento bien en los avituallamientos y a falta de 20 km, mi "compi" de aventuras (que cada vez que le hablo de algún reto de éstos, me dice, ¿por qué a mí?), me acompaña, tal como habíamos quedado para hacer la última parte. Gracias a su compañía y la charla consigo avanzar, porque cada vez estoy más cansado. No me duele nada, pero voy ya con “la reserva”. Al tran tran, vemos unas luces que parecen la línea de meta, y si parece que llegamos. Finisher!! Récord de distancia, y sin ninguna incidencia en forma de daños. Salvo, que dado las horas de la madrugada que eran, y que estamos en Enero, es decir en invierno, empiezo a temblar. El frío que no había notado en todo el día, venía de golpe. Me ayudan a meterme en el coche, porque la tiritona va en aumento y no puedo controlar mi cuerpo. No podía terminar de otra manera, jajaja. Al llegar a la casa rural, ducha y a dormir. Finisher en esta carrera, muy contento por la carrera, y cada vez más enganchado a esto de las ultras.

En meta, saltando o al menos intentándolo

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